Una vez más el frío.
Una vez más este peso en el pecho,
como si cada suspiro tuviera que pedir permiso para salir.
Otra vez yo,
intentando entender qué falló
cuando lo que sentí parecía tan real.
Pensé que podía reescribir mi historia,
que si cuidaba cada palabra, cada gesto,
tal vez esta vez no acabaría roto.
Te miré como quien encuentra sentido en lo imposible,
como si tus palabras fueran más que aire,
como si tus halagos vinieran de un lugar sincero.
Y por un rato lo creí.
Por un rato el vacío se escondió,
como si tu voz lo empujara fuera de mi cuerpo.
Pero volvió.
Volvió con más fuerza cuando te fuiste,
cuando supe que yo solo fui
una anestesia momentánea para tu herida,
mientras tú volviste a abrir la mía.
No te culpo.
Pero no puedo evitar sentirme usado,
como si mi luz solo sirviera
para que alguien más encuentre la salida.
Y yo, otra vez, quedándome en la oscuridad.
Yo solo quería algo real,
aunque durara poco.
Pero aquí estoy, recogiendo los pedazos,
esperando que esta sea la última vez
que me rompo
por alg
uien
que nunca pensó en quedarse.