Publicado 09/10/2023
El autor era un adulto cuando se publica este artículo. Tenía 50 años.
Puede que una simple luciérnaga
no signifique nada en realidad,
pero su belleza natural de noche
destaca por encima de la oscuridad.
Puntito en la nada de la fría inmensidad.
Tímido brillo castigando la negritud terrenal.
Una vela encendida, una llama sin igual,
un regalo para los ojos, tan bonita, tan real.
Comparándola contigo de una forma existencial,
tú serías esa luciérnaga pequeña y testimonial.
Linda luz resplandeciente con el alma de cristal,
frágil solo en apariencia, fuerte amor maternal.
Un susurro de esperanza, melodía universal.
Alegría tus palabras, canto y eco fraternal.
Instrumento son tus manos de armonía inusual.
Bella voz que responde a pura índole musical.
Un aliento en el camino, un fiel faro a divisar.
Mano amiga que te acoge, compañera incondicional.
Un candil en la penumbra, una huella que pisar.
Luz preciosa que deslumbra por no ser superficial.
Como luciérnaga irradias, de una forma nada casual,
esa luz tan atractiva, tan dinámica y servicial.
Pues tu nombre lo lleva escrito en su forma más verbal,
“Lucía” dulce esencia de tu luminiscencia inmortal.
Monarca
Hola, buenas noches, un abrazo desde Santiago de Chile, soy nuevo, vengo de Tus relatos.com que ya no existe…
Un abrazo para todos…
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