Eran tiempos de guerra cuando concurría esta historia que os voy a contar, os pongo en contexto.
Estábamos en verano de 1939, en medio de la segunda guerra mundial. Un niño francés de 10 años llamado François Lacrosse estaba cenando tranquilamente con su familia en su vivienda en Marsella/Francia, cuando de golpe, estaban tocando la puerta de la vivienda. El padre se levantó y fue a abrir la puerta. Era el general del equipo militar de las fuerzas armadas de Francia. El general le dijo al padre: «Sr. Lacrosse, usted ha de hacer el servicio militar obligatorio para luchar con su país en la guerra, si no lo hace usted y su familia serán ejecutados. Le esperamos mañana en la plaza de Marsella a las 6 de la mañana para ir al cuartel militar junto con toda la expedición de reclutas. Hasta mañana!».
François estaba muy triste porque a lo mejor volvería a ver a su padre. Su padre se dirigió a él, y le dijo que pensaría cada noche en su madre y en él. Defendería el orgullo de su país ya que a partir de ahora tenía una gran responsabilidad.
Eran las 5 y 55 de la mañana, el padre de François y su familia estaban en la plaza de Marsella despidiéndose con abrazos y besos. El padre se tenía que ir porque el coche que le recogía para ir al cuartel se marchaba. El padre con total serenidad entro al coche, pero lo que no sabía, es que segundos antes de que él entrara, el pequeño François se ocultó en su maleta y entro junto a él en el coche.
En ese preciso instante se formaría una increíble aventura que finalmente cambiaria la historia de la humanidad.
Ya llevaban casi 3 horas de viaje de las 5 que tardarían en llegar al cuartel situado en la capital, París. Pero pasó lo inimaginable. Unos soldados de la Alemania nazi capturaron al padre de François, a François que estaba escondido en la maleta, i a todos los reclutas Franceses de la expedición en medio del viaje. Los llevaron al centro de concentración de Mathausen en Austria. Cabe destacar que en ese momento el padre de François ni nadie sabían que el pequeño estaba escondido en la maleta.
Cuando llegaron allí los raparon, les dieron trajes de rayas a todos y les encerraron en unos barracones muy pero que muy estrechas donde ahí el padre de François y François compartían habitación con 14 personas, el límite de capacidad de la habitación era de 7 personas así que imaginaros lo estrechos que estaban las personas allí. Para colmo, como era verano, hacia muchísimo calor.
El padre de François decidió abrir la maleta y para su sorpresa, se encontró a su hijo, que ¡increíblemente había sobrevivido dentro de la maleta con el poco oxígeno que se podía respirar durante casi 8 horas! Su padre rápidamente lo escondió en las sabanas y con voz flojita le dijo a su hijo: – ¿Estás loco? Te pueden matar si te descubren -. François le contestó que él sólo quería estar con él i no le importaba en ese momento lo que pudiera ocurrir. El padre de François le dijo que no se moviera de la cama y que si oía a alguien entrar en la habitación, se escondiera en las sabanas. Y durante mucho tiempo, así fue…
Habían pasado 3 meses desde que entraron al campo de concentración nazi, eran las 3 de la mañana y el pequeño François tenía ganas de ir al baño. Como cada noche, salió a hacer sus necesidades tranquilamente, pero por la mala suerte del pequeño, un soldado alemán lo descubrió. Rápidamente el soldado fue a todos los barracones a preguntar quien era el padre de ese niño. Sin más remedio, el padre de François dijo que era él. El soldado Alemán rápidamente devolvió bruscamente el niño a su padre y dijo con una voz fría i enfadada: -Mañana a las 10 en punto de la mañana, que viene nuestro líder Adolf Hitler, seréis ejecutados los dos delante de él. ¡Sois una vergüenza para la humanidad!.
François tenía mucho miedo, se pasó la noche pensando que hacer para revertir la situación. De golpe, se le ocurrió una idea…
DESENLACE FINAL
Eran las 10 de la mañana, François y su padre estaban caminando hacia el sitio donde les iban a ejecutar. El dictador nazi Adolf Hitler estaba allí presente junto a sus tres guardaespaldas de confianza más dos militares armados preparados para la ejecución.Ya estaba todo previsto, los soldados estaban apuntando al cuerpo de François y su padre cuando de golpe, el niño se escapórápidamente, robó el arma a uno de los soldados y disparó al cuerpo de Hitler tres veces en la cabeza y una en el corazón. ¡El dictador había muerto! Françoishabía hecho historia, después de eso uno de los soldados disparó al niño y seguidamente al padre acabando con sus vidas. Igualmente el niño había hecho historia para la humanidad matando al mayor dictador de todos los tiempos.
FIN
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