Publicado 03/08/2023
El autor era un adulto cuando se publica este artículo. Tenía 26 años.
Lo veo, al final, es un punto blanco en un fondo negro. Está justo en frente. Un blanco brillante.
Por ahora es muy pequeño, casi tengo que forzar la vista para verlo, pero poco a poco el punto se agranda, su brillo se intensifica, me acerco. Ahora hasta puedo ver una silueta en medio del punto blanco, justo en el centro de esa única luz que puedo ver.
Sigo acercándome, pero ahora sólo noto aire, una brisa que viene del punto blanco. Ya no me acerco, la silueta ya no se agranda, pero siento algo de aire que viene de allí, siento la pequeña brisa del viento que siente la silueta del punto blanco.
No puedo acercarme más, me he quedado quieta, quiero moverme peor no sé cómo. Quiero llegar a donde está la silueta, al punto blanco, quiero sentir el viento que siente la figura, quiero ver lo que ve la figura desde allí, pero no puedo, no sé cómo moverme hacia allí. Estoy atascada, estancada en el fondo negro. Miro a mi al rededor y nada hay aquí que sea mío, nada tiene el brillo que tiene el punto blanco que tengo en frente.
Nadie va a acercarme a él, nadie me ayudará, los demás ven puntos blancos en otras zonas del fondo negro, yo no los veo, no puedo ayudarlos a acercarse, debo llegar a donde está la silueta, mi silueta.
